Soy Peregrino aquí

“Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:17). Ayer era un día muy especial para Arequipa, hablé con un taxista y me cuenta de todas las fiestas, licor, de la gente que fueron a celebrar el día de Arequipa. La gente busca solo divertirse, trabajar, se afana por sí misma, pero se olvida de Dios. Las únicas cosas que van a perdurar, son las cosas de Dios, ¡y punto! El mundo está pasando, nuestros días se van “volando”, y un día, todos abandonaremos esta tierra. No somos ciudadanos de la tierra tratando de llegar al cielo. Somos ciudadanos del cielo peregrinando en la tierra. Este mundo no es nuestro hogar. ¿Está usted viviendo para los placeres de la carne, o para el gozo del Espíritu? ¿Está viviendo para la alabanza de los hombres, o para la gloria de Dios? ¿Está usted viviendo para hoy, o viviendo para la eternidad? ¿Está viviendo para las cosas que se pueden ver, o para las cosas que no se pueden ver? Uno de estos días, este viejo mundo con todas sus elevadas culturas, sus filosofías, intelectualismo y materialismo, va a ser olvidado. Pero los que hacen la voluntad del Señor vivirán para siempre. Realice un recorrido por su casa. Mire en cada rincón. Si todo lo que ve se le fuera quitado, aún así, ¿haría usted la voluntad de Dios? ¿Por qué? ¿O por qué no? .