
martes, 2 de septiembre de 2008
Prosigue a la Meta
“Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:14).
Pablo no quería fracasar. Él se esforzó con cada Centímetro, con cada nervio, en fin, con cada parte de su cuerpo para ganar el premio. Tenía ambición, pero era una ambición justa, santa. Dijo: “Quiero ganar el premio, y voy ha hacerlo. Voy a ser como un atleta que se niega a tener placeres mundanos. Voy a entrenarme como un atleta. Voy a estar en forma para el Señor Jesús.
Voy ha hacer todo lo que sea necesario para ganar.”
La Biblia claramente enseña que debemos ser ambiciosos, pero por la razón correcta, y ésta razón es Jesús. ¡Que Dios nos libre de tener ambiciones diminutas y aspiraciones de corta duración!
Lea 1 Corintios 9:24-27. ¿Quieres ganar el premio del cual habla Pablo? Entonces, ¿qué estás esperando? "Golpea" tu cuerpo, y hazlo tu esclavo. Ten cautivo cada mal pensamiento. Pónte la armadura y sal a la batalla.

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