“Yo, Yo Jehová, y fuera de Mí no hay quien salve” (Isaías 43:11).
Se requiere más del poder de Dios para salvar a una alma a través de la cruz de Cristo, que lo que se requiere para cualquier otra cosa.
Si yo realizara un servicio y tubiera el poder de enderezar las piernas de los inválidos, o de devolver la vista a los ciegos ¡En el próximo servicio no habría dónde poner a la gente! Ahora, por cierto que deseo que Dios sane a las personas, pero
¿Qué Si predicara un mensaje, y una niñita pasara al frente para decir que Dios le ha salvado? ¡Ese es un milagro mayor que abrir los ojos de los ciegos, porque el Hijo de Dios tuvo que ser colgado en una cruz, en agonía y derramar Su sangre, para comprar la salvación de esa pequeña!” Jesús no vino como un gran sanador o profesor. ¡Él vino como Salvador!
¿Cómo ves tú cuando Dios salva a una persona? Pídale a Dios que te muestre, en Su Palabra, lo que significa la salvación, y luego trata de explicarlo con tus propias palabras. Y compártelo con alguien más.
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