“Sino que se despojó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.” Filipenses 2:7
El Señor Jesús llegó a un pesebre por ti y por mí. Él voluntariamente se despojó de las glorias y riquezas celestiales para nacer en un establo. Jesús se hizo pobre para que usted pueda llegar a ser rico.
Él vivió una vida de tan absoluta pobreza que cuando era tiempo de pagar sus impuestos, tuvo que buscar una moneda en la boca de un pescado.
Cuando envió a sus discípulos al mundo les mandó que no llevaran nada, sino sólo un bordón y el poder del Espíritu Santo (Marcos 6.7-9).
Se le dio muerte como un criminal ordinario para que nosotros podamos vestir las túnicas reales.
Gracias a Cristo tenemos las riquezas del cielo. ¡Alabado sea su nombre!
Ten con su familia o amigos hoy un tiempo de edificación cristiana leyendo Filipenses 2:6-11.
Tome tiempo para alabar a Dios por su Hijo Jesucristo.
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