él (o ella).” “¡Cómo me gustaría poder cantar como tal o cual persona!” “Desearía poder compartir mi fe tan valientemente como lo hacen ellos.”
Muchas veces sentimos que no tenemos mucho talento, pero debemos saber que Dios mira nuestro corazón. Él conoce nuestros deseos, y Él ve cada cosa pequeña que hacemos, aunque pensemos que es algo muy pequeño.
Puede ser que no podamos dar tanto como otras personas lo hacen, o que no tengamos la inteligencia que otros poseen, ni tengamos los talentos y habilidades que otros tienen... pero...
Dios no quiere tus talentos. De hecho, Él no necesita tus talentos. Lo que Él quiere, por sobre todas las cosas, es tu AMOR, y después, cada cosa pequeña tendrá valor.
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lunes, 25 de agosto de 2008
Comparaciones
“Y cualquiera que os diere un vaso de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo que no perderá su recompensa” (Marcos 9:41).
Alguna vez has observado a otro creyente y has dicho: “Quisiera poder orar tan elocuentemente como
él (o ella).” “¡Cómo me gustaría poder cantar como tal o cual persona!” “Desearía poder compartir mi fe tan valientemente como lo hacen ellos.”
Muchas veces sentimos que no tenemos mucho talento, pero debemos saber que Dios mira nuestro corazón. Él conoce nuestros deseos, y Él ve cada cosa pequeña que hacemos, aunque pensemos que es algo muy pequeño.
Puede ser que no podamos dar tanto como otras personas lo hacen, o que no tengamos la inteligencia que otros poseen, ni tengamos los talentos y habilidades que otros tienen... pero...
Dios no quiere tus talentos. De hecho, Él no necesita tus talentos. Lo que Él quiere, por sobre todas las cosas, es tu AMOR, y después, cada cosa pequeña tendrá valor.
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él (o ella).” “¡Cómo me gustaría poder cantar como tal o cual persona!” “Desearía poder compartir mi fe tan valientemente como lo hacen ellos.”
Muchas veces sentimos que no tenemos mucho talento, pero debemos saber que Dios mira nuestro corazón. Él conoce nuestros deseos, y Él ve cada cosa pequeña que hacemos, aunque pensemos que es algo muy pequeño.
Puede ser que no podamos dar tanto como otras personas lo hacen, o que no tengamos la inteligencia que otros poseen, ni tengamos los talentos y habilidades que otros tienen... pero...
Dios no quiere tus talentos. De hecho, Él no necesita tus talentos. Lo que Él quiere, por sobre todas las cosas, es tu AMOR, y después, cada cosa pequeña tendrá valor.
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